¿Expulsaré? Cualquier cosa que suceda con nosotros, por más que seamos dejados a un lado como vasos rotos, Dios hará su obra a su debido tiempo. Lo haré por mi palabra; así el caldeo aquí, como en muchos otros lugares: por la palabra eterna, el capitán de mi ejército. Pero la promesa de expulsarlos de delante de los hijos de Israel supone que los israelitas deben usar sus propios esfuerzos, deben enfrentarse a ellos. Si Israel, por pereza o cobardía, los deja en paz, no es probable que sean expulsados. Debemos seguir adelante en nuestra guerra cristiana, y luego Dios irá delante de nosotros.

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