Alquile su ropa - En testimonio de gran dolor, por la pérdida que sintió, el daño consecuente temido y el pecado que sospechaba. Su rostro - En profunda humillación y ferviente súplica. Hasta el atardecer - marea - Continuando todo el día en ayuno y oración. Poner polvo sobre sus cabezas - Como era habitual en caso de dolor y asombro.

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