Allí surgió: no por sí mismo, sino resucitado por Dios, como lo fueron los otros jueces. Para defender - O, para salvar, lo cual no lo hizo luchando contra y derrocando a sus enemigos, sino mediante un gobierno prudente y piadoso de ellos, mediante el cual los mantuvo alejados de la sedición, la opresión y la idolatría. En Shamir, que estaba en medio de la tierra.

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