Salmo 53:5

5 Allí donde no hubo nada que temer, temieron grandemente; porque Dios esparció los huesos de los blasfemos. Los avergonzaste, porque Dios los rechazó.

Esparcidos: no solo les ha roto los huesos, su fuerza y ​​su fuerza, sino que también los ha dispersado de un lado a otro, de modo que no hay esperanza de restauración. Tú ... contra mi pueblo. Tú, tú, oh Jerusalén, a la que sitian.

Continúa después de la publicidad