Tus señales: Terribles truenos y relámpagos, terremotos, cometas u otros meteoritos extraños, u obras de Dios en el aire. Mañana: los cursos sucesivos de la mañana y la tarde; o del sol y la luna que salen en esos momentos. Así, todo el versículo habla de las obras naturales de Dios, la primera cláusula, de las que son extraordinarias y terribles, la última de las que son ordinarias y placenteras.

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