1 Clemente

Por tanto, hermanos, seamos de mente humilde, dejando a un lado toda altivez, orgullo, necedad e ira; y actuemos conforme a lo que está escrito (porque el Espíritu Santo dice: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni en sus riquezas el rico, sino el que se gloria gloria en el Señor, en buscarle diligentemente, y hacer juicio y justicia"[54]

Epístola de Ignacio a Hero, diácono de Antioquía

No me glorío en el mundo, sino en el Señor. Exhorto a Hero, hijo mío; "pero el que se gloríe, gloríese en el Señor"[24].

Clemente de Alejandría El Instructor Libro I

Pero si la sabiduría humana, como queda por entender, es gloriarse en el conocimiento, oíd la ley de la Escritura: "No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía el valiente, sino el que se gloria en el Señor»[86].

La historia de José el carpintero

Diles también esta palabra que te he dicho hoy: No se alabe el hombre fuerte en su fuerza, ni el rico en sus riquezas; pero el que quiera gloriarse, que se gloríe en el Señor.[8]

1 Clemente

Por tanto, hermanos, seamos de mente humilde, dejando a un lado toda altivez, orgullo, necedad e ira; y actuemos conforme a lo que está escrito (porque el Espíritu Santo dice: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas, sino que el que se gloríe, gloríese en el Señor, buscándole diligentemente, y haciendo juicio y justicia"[63]

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