Diálogo de Justino

Como también dijo nuestro Señor: 'No se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán iguales a los ángeles, hijos del Dios de la resurrección'[326].

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

Sed post resurrecciónem, inquit, nec uxorem ducunt, nec hubnut. "[56]

Clemente de Alejandría Stromata Libro VI

Con razón, pues, cuentan el número siete sin madre y sin hijos, interpretando el sábado y expresando figurativamente la naturaleza del resto, en el que "ya no se casan ni se dan en casamiento"[265].

Tertuliano Contra Marción Libro IV "Pero aquellos a quienes Dios tenga por dignos de la posesión de ese mundo y de la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni se dan en casamiento; por cuanto ya no pueden morir más, puesto que se hacen iguales a los ángeles, hechos hijos de Dios y de la resurrección»[1516].

Tertuliano contra Marción Libro IV

porque en él "no morirán los hombres, ni se casarán, sino que serán como los ángeles"[1570].

Tertuliano Sobre el vestido de la mujer Libro I

¿Con qué consistencia montamos ese (futuro) tribunal para pronunciar sentencia contra aquellos cuyos dones buscamos (ahora)? Para vosotras también, (mujeres como sois), tened la misma naturaleza angelical prometida[21]

Tertuliano sobre la monogamia "Pero si 'en aquel tiempo no se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán iguales a los ángeles'[82]

Vida y Pasión de Cipriano por Poncio

Luego, lo que es aún mayor, cuando hubo aprendido de la lectura de la Escritura ciertas cosas no conforme a la condición de su noviciado, sino en proporción a la juventud de su fe, inmediatamente se apoderó de lo que había descubierto, para su propio ventaja en merecer el bien de Dios.[2]

Epístola de Cipriano LXXX

Porque ¿qué podría sucederme más deseable y más gozoso que estar ahora cerca de ti, para que me abraces con esas manos que, puras e inocentes, y manteniendo la fe del Señor, han rechazado la obediencia profana? Qué más placentero y sublime que ahora besar tus labios, que con voz gloriosa han confesado al Señor, ser mirados aun en presencia por tus ojos, que despreciando el mundo, te has hecho digno[2]

Tratado de Cipriano II Sobre el vestido de las vírgenes

Es la palabra del Señor que dice: "Los hijos de este mundo engendran y son engendrados; pero los que son tenidos por dignos de ese mundo y de la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni son dados en matrimonio; tampoco mueran más: porque son iguales a los ángeles de Dios, siendo hijos de la resurrección”[40].

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento