Constituciones de los Santos Apóstoles Libro VIII

Y después de que hayan salido, diga: Vosotros, energúmenes, afligidos por espíritus inmundos, orad, y oremos todos con fervor por ellos, para que Dios, el amante de la humanidad, reprenda por Cristo a los espíritus inmundos e inicuos, y librar a sus suplicantes del dominio del adversario. Que el que reprendió a la legión de los demonios, y al diablo, el príncipe de la maldad,[57]

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