Ireneo Contra las Herejías Libro III

Él declara de la manera más clara que el mismo Ser que fue apresado, padeció y derramó Su sangre por nosotros, era tanto Cristo como el Hijo de Dios, quien también resucitó y fue llevado al cielo, como él mismo [Pablo] dice: "Pero al mismo tiempo, [es] Cristo [el que] murió, sí, más bien, el que resucitó, quien está incluso en la mano de Dios que lucha"[302].

Hechos de San Felipe Apóstol cuando fue a la Alta Hélade

Y habiéndolo entregado, lo matamos, y lo sepultamos en un sepulcro; y estos discípulos suyos, habiéndolo robado, han proclamado por todas partes que ha resucitado de entre los muertos, y han descarriado a una gran multitud al profesar que está a la diestra de Dios en el cielo.[12]

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