Los pocos días de esta vida -- Eclesiastés dos --

Salomón dijo que la vida no es más que vanidad. "Vanidad de vanidades, dice el Predicador, vanidad de vanidades, todo es vanidad". ( Eclesiastés 1:2 ) Había buscado conocimiento y aprendizaje solo para descubrir que era en vano. El conocimiento no le dio alegría, solo aumentó su tristeza. En Eclesiastés dos continuó mostrando los dolores y la vanidad de este mundo.

Salomón había buscado, pero no había encontrado, la "verdadera felicidad". No encontró la verdadera felicidad en el placer, la risa ni el vino. Se dio cuenta de que los días de los hijos de los hombres en la tierra eran sólo unos pocos. ¿Qué bien podía hacer un hombre con su breve vida terrenal?

Salomón había (1) construido casas y plantado viñedos para sí mismo, (2) hecho jardines y parques, (3) plantado en ellos toda clase de árboles frutales, (4) hecho estanques para regar el bosque de árboles en crecimiento, (5) compró esclavos y esclavas, y tuvo esclavos nacidos en su casa, (6) tuvo grandes posesiones de ganado y ovejas, (7) reunió para sí plata y oro, (8) consiguió cantores y cantoras, (9) tuvo muchas concubinas, (10) se hizo grande y superó a todos los que fueron antes de él en Jerusalén, (11) adquirió mucha sabiduría, (12) hizo todo lo que sus ojos deseaban, (13) apartó su corazón de ningún placer, y (14) halló placer en todo su trabajo.

Sin embargo, su triste declaración fue: "Entonces consideré todo lo que habían hecho mis manos y el trabajo que había gastado en hacerlo, y he aquí, todo era vanidad y correr tras el viento, y no había nada que ganar bajo el sol. "

Todas las cosas que persiguió Salomón resultaron insuficientes para hacer feliz a un hombre. Dijo que había pensado que había una ventaja para el sabio sobre el necio. Pero él dijo; "Sin embargo, percibí que el mismo evento les sucede a todos". "Lo que le sucede al necio me sucederá también a mí. ¿Por qué, pues, he sido tan sabio?" El sabio muere como muere el necio. Esto lo llevó a decir: "Aborrecí la vida, porque lo que se hace debajo del sol me resultaba doloroso, pues todo es vanidad y correr tras el viento".

Salomón luego reflexionó hasta qué punto los negocios y la riqueza de este mundo contribuirían a hacer felices a los hombres. Dijo que pasó su vida ganando "cosas" solo para dejárselas al "hombre que vendrá después de mí". No sabía si ese hombre sería sabio o necio y, sin embargo, sería el amo de todo aquello por lo que Salomón se había esforzado. Su conclusión fue "esto también es vanidad". ¿Qué tiene el hombre de todo el trabajo y el esfuerzo del corazón con que se afana debajo del sol? Porque todos sus días están llenos de tristeza y su trabajo es una molestia.

Incluso en la noche su corazón no descansa. Esto también es vanidad.” Dijo que lo mejor que un hombre puede hacer es comer, beber y disfrutar el fruto de su trabajo porque lo dejará todo y será dado al hombre de la elección de Dios.

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