Es tiempo de buscar al Señor

-- Oseas Diez --

Israel fue al principio una vid fructífera. Sin embargo, su prosperidad los corrompió. Se apartaron de Dios y comenzaron a adorar ídolos. La nación de Israel ahora enfrentaría las consecuencias de sus acciones. "Su corazón está dividido; ahora serán hallados culpables: derribará sus altares, despojará sus imágenes". ( Oseas 10:2 ) La triste condición de la nación se produjo porque el pueblo no temía al Señor. Habían roto su pacto con Dios y ahora ha llegado el juicio.

Los que adoraban ídolos y se inclinaban ante los becerros ahora llorarían porque toda la gloria de esos ídolos ahora sería quitada. Ahora temerían a causa de este mal que habían hecho. Sus ídolos serían llevados a Asiria y sentirían la vergüenza de su impiedad. La idolatría tuvo consecuencias fatales que durarán por la eternidad. La idolatría, "el pecado de Israel, será destruido; espinos y cardos subirán sobre sus altares". ( Oseas 10:8 )

Israel había adorado a un becerro. Israel había pecado y ahora la iniquidad los alcanzaría. Dios representó su idolatría con el arado de un becerro o una novilla. La vaquilla los conduciría al castigo.

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