Un anuncio del juicio venidero

-- Oseas Ocho --

Dios le dijo a su profeta Oseas que hiciera un anuncio sobre el juicio venidero. Debía tocar la trompeta porque el enemigo de Israel pronto la invadiría. Israel se había rebelado contra Dios y ahora enfrentaban las consecuencias de su iniquidad. Dios había dicho: "¡Ay de ellos! porque han huido de mí: ¡destrucción para ellos! porque se rebelaron contra mí; aunque yo los redimí, ellos hablaron mentiras contra mí". ( Oseas 7:13 ) Israel afirmó amar a Dios, pero se rebelaron contra Él y transgredieron Su pacto.

Israel se había vuelto muy malvado como nación. Ambos eran inmorales y poco éticos. Esta era una nación llena de sangre. No siguieron el consejo de Dios al nombrar gobernantes y reyes. La nación estaba llena de idolatría. Habían seguido el ejemplo de Jeroboam que había puesto los becerros en Dan y Betel. Dios les preguntó cuánto tiempo serían incapaces de la pureza. Israel se había vuelto tan corrupto que los ídolos ahora venían de ella.

Estos dioses ídolos eran impotentes y serían hechos pedazos. Israel había "sembrado vientos, y ahora segarán tempestades". La semilla física que sembró Israel produjo principalmente tallos. El grano que se produjo fue robado por extraños.

Cuando el juicio de Dios cayó sobre Israel, fueron consumidos como quien come grano. Perdieron su identidad entre los gentiles. Se convirtieron en una olla rota que nadie quería. Efraín hizo tratados con Asiria y esa se convirtió en la misma nación que los devoró. "Ephraim también era como una ramera, pero aún peor en el sentido de que pagaba a otros para que la amaran en lugar de recibir pago de ellos".

En rebelión contra Dios, Israel construyó muchos altares a dioses ídolos. Estos altares se convirtieron en lugares para pecar en lugar de lugares para adorar. Más dioses y más altares significaban más pecados. Israel tenía la ventaja de tener la ley escrita de Dios y, sin embargo, continuaron rebelándose. Lo que hacían en sus altares no tenía valor de sacrificio para Dios. Dios enviaría a Israel a un lugar de esclavitud, como Egipto. En lugar de seguir confiando y obedeciendo a Dios, tanto Israel como Judá pusieron su confianza en su propia capacidad para proveerse a sí mismos. ¡Israel arrogantemente despreció a Dios y Su ley! ¡Ahora deben pagar por sus pecados!

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