Cayó sobre el cuello de su hermano Benjamín.

Benjamín, el hijo de su propia madre, la amada Raquel, es el objeto especial de su propio afecto, y ya no puede contener su abrazo. Se abrazan a la manera oriental, con la cabeza sobre el cuello del otro, y derraman lágrimas de emoción, pero de alegría, sobre el cuello del otro.

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