Ve y dile a los hombres de Judá.

Dios deja a los impíos sin excusa. No se les deja en la ignorancia o sin advertencia. Noé predicó durante ciento veinte años a los antediluvianos. Por más de. generación Jeremías llamó a Judá al arrepentimiento. Ahora, mientras los ejércitos asirios están tronando alrededor de Jerusalén derribando los muros, él todavía viene y pregunta en el nombre del Señor: "¿No recibirás instrucción para escuchar mis palabras?" Si el Señor no les hubiera hablado y advertido, "no hubieran tenido pecado, pero ahora no tenían excusa para su pecado".

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Nuevo Testamento