ἕως ἑπτάκις. La regla rabínica era que nadie debía pedir perdón a su prójimo más de tres veces. Pedro, que hace como un escriba una pregunta de escriba, pensó que estaba haciendo un gran progreso en la liberalidad y mostrándose digno del reino de los cielos. Pero la pregunta en sí misma indica una completa incomprensión del espíritu cristiano.

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Antiguo Testamento