ANÁLISIS.

Los judíos que no aceptaron al Mesías cuando vino, y rehusaron aceptar el evangelio proclamado por los apóstoles, en general eran codiciosos, y debido al éxito de sus métodos se enriquecieron. A éstos, ya todos los que a causa de sus riquezas oprimían a los pobres, el apóstol les administra una severa reprensión y los llama a la penitencia, previendo las calamidades que les esperan. Esto lo hace pintando estos males venideros con los colores más vivos.

Entre los versículos primero y sexto el apóstol introduce varias figuras y representaciones muy atrevidas, que por su belleza y sublimidad no tienen paralelo fuera de la Biblia. Luego insta a la paciencia, no sólo bajo las aflicciones, sino en todo momento, mostrando que en las ocupaciones más importantes se requiere paciencia, y que debido a que pueden no parecer tan exitosas como otras, esto no debe ser motivo de queja, por lo mismo. Juez es sobre todo, cuyo juicio será justo.

Los profetas y la historia de Job dan ejemplos de paciencia en circunstancias difíciles para mostrar las recompensas dadas por Dios. Luego se les advierte sobre los juramentos y los juramentos de todo tipo tomados en falso, ya que los juramentos descuidados están calculados para desviar y traer condenación. Se ordena la oración por los afligidos y el canto de salmos por los alegres. La eficacia de la oración se muestra en el ejemplo de Elías y los resultados de su ferviente invocación ofrecida al trono de Dios.

A continuación se presenta el deber de los hermanos de restaurar la caída y la vacilación entre ellos. Se les insta a hacer todo lo posible para recuperarlos, y se dice que la gran recompensa para aquellos que tengan éxito en esta dirección salvarán "un alma de la muerte y ocultarán una multitud de pecados".

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