poner mis huesos junto a sus huesos Aquí la LXX. agrega: para que mis huesos sean preservados junto con sus huesos". Y Josefo amplía esta idea así: "porque no se ultrajaría después de su muerte si fuera enterrado junto con él, porque los huesos no serían reconocidos". Después de lo cual añade a la historia: “Y habiendo sepultado al profeta y dado este encargo a sus hijos, siendo malo e impío va a Jeroboam y le dice: -¿Por qué te turbaste por las palabras de ese hombre insensato?” Y cuando el rey relató lo que había sucedido al altar y a su propia mano, llamando al hombre un profeta verdaderamente divino y excelente, comenzó a borrar esta opinión de él con palabras calumniosas y usando un lenguaje engañoso sobre las cosas que habían ocurrido, para debilitar su verdadera importación.

Porque trató de persuadirlo de que su mano se había entumecido por la fatiga al levantar a las víctimas, y que cuando la aliviaron había vuelto a su estado natural; y que el altar siendo nuevo y teniendo tantas víctimas grandes puestas sobre él, se rompió y se desmenuzó por el peso de su carga. También señaló la muerte del que había predicho estas señales, cómo fue muerto por el león".

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