y mecerlos como ofrenda mecida delante del Señor . El oferente generalmente tomaba parte en la mecida; según algunos, este acto tuvo lugar donde estaba el leproso, y que él asistió a la ceremonia; otra opinión fue que tuvo lugar ante el altar, y el leproso no asistió. Véase Apéndice IV (Ofrenda mecida), págs. 183 y sigs.

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