cuando partieron los mensajeros de Juan Notamos aquí la exquisita ternura de nuestro Señor. No permitiría que las multitudes que habían oído la pregunta de Juan albergaran un pensamiento despectivo del Bautista; y, sin embargo, permite que los mensajeros se vayan, no sea que, al escuchar el gran elogio de su Maestro, se sientan afligidos por sus palabras finales. Es natural suponer que los dos discípulos llevaron a Juan algún mensaje privado de paz y consuelo.

Una caña John no era como las cañas que habían visto mecerse al viento en las orillas del Jordán, sino, como dice Lange, -un cedro medio arrancado por la tormenta.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad