Sé persistente en la oración. Haga de la oración un hábito regular (ver Lucas 18:1 ; Hechos 1:14 ; Efesios 6:18 ). Dios conoce nuestra oración ( Apocalipsis 8:3-4 ).

Mantente alerta. Examina tus motivos ( Santiago 4:3 ). Además, la oración no es un "sustituto" de la acción ( Mateo 25:1-13 ). Con gracias a Dios. Deja que tu agradecimiento se eleve hacia Dios como el "dulce olor del incienso" ( Apocalipsis 5:8 ).

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Antiguo Testamento