Maestro. Lo llaman así, pero no lo dicen en serio. Esta mujer fue sorprendida en el mismo acto. Estos hombres actuaban como particulares y acudieron a Jesús afirmando estar tan conmocionados por la conducta de esta mujer, que querían revivir la práctica abandonada desde hacía mucho tiempo de la muerte por lapidación.

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Antiguo Testamento