Con motivo de la reincidencia de la iniquidad, el profeta anuncia la ruina segura del pueblo. No obstante, Sedequías, aunque llevado cautivo a Babilonia, moriría allí en paz. [1] En los capítulos siguientes tenemos algunos detalles de la obstinada rebelión que condujo a la destrucción de Jerusalén y de todo Judá.

Nota 1

Los caminos de Dios en esto son notables. Había quebrantado el juramento de Jehová, y es juzgado como profano. Fue principalmente a través de la influencia de otros (porque estaba dispuesto a escuchar a Jeremías), y por lo tanto se le extiende misericordia.

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