En Salmo 30 tenemos el contraste entre la confianza en la prosperidad aun en lo dado por Dios y en Dios mismo. Entró y levantó al pobre, y no lo dejó en manos de sus enemigos. Su favor es la vida. Si se enoja, es por un breve momento, y por el bien de sus santos: el favor es para siempre. Por la mañana es ligero, si aguanta la pesadez por una noche.

Él puede decepcionarlos como a la boca de la tumba, pero sólo para mostrar Su poder en la liberación infalible. Él, el hombre piadoso, Israel mismo, como pueblo, había confiado en la prosperidad dada. Ahora, en la profundidad de la adversidad, ha encontrado a Jehová en liberación. El poder del mal vencido es mejor que el bien que podemos perder. Es seguridad, y en la bendición y brazos de Jehová para nosotros; porque Él es el libertador.

Vemos claramente aquí que es un pueblo vivo para ser bendecido en la tierra ( Salmo 30:3 ; Salmo 30:9 ). Y aunque puede haber misericordias análogas en todos los tiempos, porque hay un gobierno de Dios con respecto a los cristianos, aplicarlo ahora a los santos sería un error peligroso.

Habla de liberación temporal para la paz en este mundo (comparar Isaías 64:7-8 ). Ninguna montaña, aunque reconozcamos que Jehová la fortalece, es como Jehová mismo, aunque yo esté a la boca del pozo. Es mi montaña para mi corazón cuando pienso en ella.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad