8 Recuerda que Jesucristo resucitó de entre los muertos. Menciona expresamente alguna parte de su doctrina, que deseaba reducir a la posteridad, completa e incorrupta. Es probable que eche un vistazo principalmente a la parte sobre la que tenía más miedo; como también se verá claramente por lo que sigue, cuando él venga a hablar sobre el error de "Himeneo y Fileto" (2 Timoteo 2:17;) porque negaron la resurrección, de la cual tenemos una promesa segura en este confesión, cuando dijeron falsamente que ya había pasado.

Cuán necesaria fue esta advertencia de Pablo, muestran las historias antiguas; porque Satanás puso todas sus fuerzas para destruir este artículo de nuestra fe. Habiendo dos partes de eso, que Cristo nació "de la simiente de David", y que resucitó de entre los muertos; Inmediatamente después del tiempo de los Apóstoles, surgió Marción, quien trabajó para destruir la verdad de la naturaleza humana en Cristo; y luego fue seguido por los maniqueos; e incluso, en la actualidad, esta plaga todavía se está extendiendo.

En lo que se refiere a la resurrección, ¡cuántos han sido empleados, y con qué esquemas diversificados, trabajando para derrocar la esperanza de ello! Este testimonio, por lo tanto, significa tanto como si Pablo hubiera dicho: “Que nadie corrompa ni falsifique mi evangelio con calumnias; Así he enseñado, he predicado así, que Cristo, que nació hombre de la simiente de David, resucitó de entre los muertos ".

Según mi evangelio, Él lo llama "su evangelio", no porque profese ser el autor sino el ministro de él. Ahora, en la resurrección de Cristo, todos tenemos una promesa segura de nuestra propia resurrección. En consecuencia, el que reconoce que Cristo ha resucitado afirma que lo mismo ocurrirá también con nosotros; porque Cristo no resucitó por sí mismo, sino por nosotros. La cabeza no debe separarse de sus miembros. Además, en la resurrección de Cristo está contenido el cumplimiento de nuestra redención y salvación; porque se agrega de entre los muertos. Así se levantó Cristo, que estaba muerto. ¿Por qué? y para que Aquí debemos volver a nosotros mismos, y aquí también se manifiesta el poder y el fruto de ambos, es decir, de su resurrección y de su muerte; porque siempre debemos mantener este principio, que las Escrituras no suelen hablar de estas cosas con frialdad y como asuntos de la historia, sino que hacen referencia indirecta al fruto.

De la simiente de David Esta cláusula no solo afirma la realidad de la naturaleza humana en Cristo, sino que también reclama para él el honor y el nombre del Mesías. Los herejes niegan que Cristo haya sido un hombre de verdad, otros imaginan que su naturaleza humana desciende del cielo y otros piensan que en él no había nada más que la apariencia de un hombre. (165) Pablo exclama, por el contrario, que él era "de la simiente de David"; por el cual indudablemente declara que él era un hombre de verdad, el hijo de un ser humano, es decir, de María. Este testimonio es tan expreso, que cuanto más trabajan los herejes para deshacerse de él, más descubren su propia insolencia. Los judíos y otros enemigos de Cristo niegan que él sea la persona a la que se le prometió anteriormente; pero Pablo afirma que él es el hijo de David, y que desciende de esa familia de la cual el Mesías debe descender. (166)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad