17. Has declarado al Señor (231) Él les muestra la consecuencia de que nada puede ser mejor o más deseable para ellos que abrazar la Ley de Dios; porque nada puede ser más honorable para nosotros que dar a Dios su debido honor y exaltar su gloria a su debida preeminencia. Moisés declara que, si los israelitas se someten a la Ley, esto será, por así decirlo, colocarlo en Su dignidad legítima; y él promete que el fruto volverá a ellos, porque Dios, por su parte, los exaltará, de modo que sobresalirán por mucho todas las demás naciones; como se dice en Isaías, (Isaías 8:13,) "Santifica al Señor de los ejércitos, y él será para un santuario". Porque de ninguna otra manera desea ser glorificado por nosotros, que hacernos a su vez participantes de su gloria; y así Moisés los incita suavemente a recibir la Ley, porque su felicidad sólida consiste en este piadoso deber, si se dedican por completo a la obediencia. Pero esta excelencia de la Iglesia, aunque brilla en el mundo, todavía está oculta para los ciegos y, dado que es espiritual, solo obtiene su alabanza ante Dios y los ángeles.

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