31. Y la casa de Israel llamó. No sin razón Moisés repite lo que había dicho antes, que el nombre de Maná fue dado al nuevo tipo de alimento que Dios había provisto, para que pudieran ser condenados por su obstinada impiedad, que se atreverán a plantear una pregunta sobre un punto tan manifiesto, ya que la naturaleza conspicua de la cosa había extorsionado este nombre de personas que de otro modo serían maliciosas e ingratas. Se menciona su forma para probar la certeza del milagro, a saber, que sus granos eran redondos y parecidos a semillas de cilantro, porque nunca antes se había visto algo así. Su sabor reprende la ingratitud de la gente al rechazar un alimento que no solo era apropiado y saludable, sino que también era muy dulce.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad