38. Porque la nube del Señor estaba sobre el tabernáculo. Moisés explica más claramente lo que había dicho en general respecto a la nube, a saber, que de noche apareció una columna de fuego, porque la nube no habría sido visible en medio de la oscuridad. También se agrega una segunda explicación, que esto no sucedió una o dos veces solamente, sino "en todos sus viajes"; para que nunca estuvieran sin ver la nube, que podría ser un testigo de la presencia de Dios, ya sea que, al instalarse en el tabernáculo, les ordenó descansar o, por su ascensión, les dio la señal de que retiraran el campamento. Ahora, la igualdad de este procedimiento, en toda la variedad de tiempos y marchas, no condujo un poco a la certeza; porque, si la nube hubiera logrado diariamente el mismo curso, esta misma regularidad habría oscurecido el poder de Dios; pero cuando durante todo un año no se movió, y luego con frecuencia se trasladó a un nuevo lugar, y ahora por su cuenta. La orientación señalaba un viaje más largo, ahora más corto, por esta misma diversidad, el cuidado paternal de Dios, que nunca fue ajeno a su pueblo, se manifestó de manera más conspicua.

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