13. Y el Señor dijo a Moisés: Levántate. Dios vuelve nuevamente a las amenazas, para probar la mente del rey malvado; no es que haya ninguna esperanza de cura, sino que su obstinación se descubra cada vez más. Porque era deseable como ejemplo, que se supiera abiertamente cuán locamente aquellos, que son arrojados a un estado de sentimiento reprobado, y que están poseídos por un espíritu de obstinación, corren hacia su propia destrucción. Seguramente sería increíble, que cualquier ser humano haya resistido a Dios con tal necedad y obstinación obstinadas, a menos que esta imagen se nos haya presentado. ¡Con qué frecuencia se le ordenó a Faraón que enviara a la gente lejos, y en cada ocasión se agregó una ratificación del comando (107) ! Para que Dios no menos tronado del cielo que habló en la tierra por boca de su siervo y embajador; sin embargo, la mente del tirano no se sometió a la obediencia, porque Satanás aliena las mentes de aquellos a quienes, con el permiso de Dios, él tiene en devoción y esclavitud consigo mismo. Mientras tanto, acumulan una venganza más terrible contra ellos mismos por su desprecio impío de las advertencias.

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