Y Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Así ha dicho Jehová Dios de los hebreos: Deja ir a mi pueblo para que me sirva.

Levántate temprano en la mañana y ponte de pie ante Faraón. El carácter puntual y monitorio del discurso contenido en este pasaje indica que había transcurrido un intervalo más largo desde la última entrevista con el Faraón que el que había intervenido entre las plagas anteriores; y que como ahora se renovaba la demanda de permiso a Israel para partir, la negativa del rey sería seguida por una serie de visitas cada vez más terribles hasta alcanzar el clímax judicial. Por lo tanto, fueron anunciadas como "plagas sobre su corazón", adecuadas para asombrar, agitar y abrumar tanto a él como a todo su pueblo.

Las plagas anteriores, como hemos visto, se produjeron antes o durante el período inicial del desbordamiento anual, y probablemente siguió un intervalo de cuatro o cinco meses durante el hundimiento del Nilo, después del cual el suelo todavía húmedo se preparó para la semilla.

Si la esclavitud de los israelitas se hizo cumplir con un rigor incesante, se había producido una relajación considerable desde el comienzo de las plagas: lo cierto es que no hay registro de su continuación; y la única condición sobre la cual se suspendieron los juicios amenazados fue el consentimiento o la negativa de Faraón a "dejar ir al pueblo del Señor para que me sirvan".

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