19. Sellado, por lo tanto, ahora. Él no da este consejo como si perdonara a su enemigo declarado, pero insulta su loca confianza, porque hasta ahora en su supina seguridad había despreciado los castigos que se habían denunciado contra él. Indirectamente indirectamente, por lo tanto, que ahora es el momento del miedo. En segundo lugar, que cuando Dios contiende, el evento no es dudoso; porque no solo lo desafía abiertamente al combate, sino que le asegura que no tendrá dificultad en ponerlo en la trampa. Finalmente, le muestra que no necesita engaño ni estratagemas para vencer a su enemigo, pero que, aunque le concede una vía de escape, aún así debe salir victorioso.

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