Envía, pues, ahora y recoge tu ganado Esta advertencia que Dios da para mitigar la severidad del juicio, para mostrar su justicia al castigar a un pueblo tan malvado y obstinado que no escuchó ni sus palabras ni sus obras anteriores, y especialmente para hacer una diferencia entre los egipcios arrepentidos e incorregibles, estando lejos de Dios infligir el mismo castigo a los que lloran por cualquier crimen nacional, y a los que, por su provecho o placer, seguirán obrando impíamente.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad