14 Sin murmullos. Estos son frutos de esa humildad a la que los había exhortado. Por cada hombre que ha aprendido cuidadosamente a someterse a Dios, sin reclamar nada para sí mismo, también se comportará agradablemente entre los hombres. Cuando cada uno se preocupa por complacer a sí mismo, prevalecen dos fallas: primero, se calumnian entre sí; y en segundo lugar, luchan entre sí en contiendas. En primer lugar, en consecuencia, prohíbe la malignidad y las enemistades secretas; y luego, en segundo lugar, contenciones abiertas. Agrega, en tercer lugar, que no le dan a los demás la oportunidad de quejarse de ellos, algo que no suele surgir de un mal humor excesivo. Es cierto que el odio no debe ser temido en todos los casos; pero se debe tener cuidado de que no nos hagamos odiosos por nuestra propia culpa, para que el dicho se cumpla en nosotros. Me odiaron sin causa. (Salmo 35:19.) Sin embargo, si alguien desea extenderlo más, no me opongo. Para que surjan murmullos y disputas, cada vez que cualquiera, con el objetivo más allá de la medida en su propio beneficio, (126) da a los demás ocasión de queja. (127) No, incluso esta expresión puede tomarse en un sentido activo, en el sentido de que no es problemático ni quejumbroso. Y esta significación no estará de acuerdo con el contexto, porque un temperamento quejumbroso (μεμψιμοιρία) (128) es la semilla de casi todos peleas y calumnias. Añade sincero, porque estas contaminaciones nunca saldrán de las mentes que han sido purificadas.

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