13. Porque ninguno de los que sostienen por circuncisión guarda la ley. La versión anterior y Erasmus traducen así: quienes están circuncidados. Pero Paul me parece referirme solo a maestros; y por esta razón preferiría expresar las palabras, las que sostienen por circuncisión, que no incluirían a todas las personas circuncidadas, y así evitarían la ambigüedad. El significado es: "No es por un fuerte apego a la ley que te atan con el yugo de las ceremonias; porque, aun con su propia circuncisión, no guardan la ley. Sin duda, con el pretexto de la ley, requieren que usted sea circuncidado; pero, aunque hayan sido circuncidados, no realizan lo que les ordenan a los demás ". Cuando dice, de hecho, que no guardan la ley, es dudoso que se refiera a toda la ley oa las ceremonias. Algunos lo entienden diciendo que la ley es una carga intolerable y, por lo tanto, no satisfacen sus demandas. Pero más bien insinúa contra ellos un cargo de falta de sinceridad, porque, excepto cuando se ajustaba a sus propios diseños, se encontraban en libertad de despreciar la ley.

Incluso ahora esta enfermedad se desata en todas partes con virulencia. Encontrará a muchos que son impulsados ​​más por la ambición que por la conciencia para defender la tiranía del sistema papal. Hablo de nuestros apóstoles cortesanos, que se sienten atraídos por el olor de una cocina y que pronuncian, con un aire de autoridad, que los decretos de la Santa Iglesia de Roma deben observarse con reverencia. ¡Y cuál es su propia práctica todo el tiempo! No tienen más en cuenta las decisiones de la sede romana que el rebuzno de un asno, pero se cuidan de evitar riesgos personales. En resumen, Pablo tuvo el mismo tipo de controversia con esos impostores que ahora tenemos con los profesores hipócritas del evangelio, que nos mantienen una monstruosa unión entre Cristo y el Papa. Por lo tanto, Pablo declara que no están actuando como hombres honestos, y que no tienen otro objeto en ordenar la circuncisión que presumir ante los judíos de los conversos que han hecho. Tal es la importancia de las palabras, que pueden gloriarse en tu carne. "Desean triunfar sobre ti y satisfacer su propio deseo de aplausos, ofreciendo tu carne mutilada a los falsos fanáticos de la ley, como muestra de paz y armonía".

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