27. Y Abraham se levantó temprano en la mañana. Moisés ahora vuelve a Abraham y muestra que él, de ninguna manera, descuidó lo que había escuchado de la boca del ángel; porque relata que Abraham llegó a un lugar donde podría ver el juicio de Dios. Porque no debemos sospechar que (como hemos dicho recientemente respecto a la esposa de Lot) confiaba más en sus propios ojos que en la palabra de Dios; y que vino a explorar porque tenía dudas. Pero más bien deducimos del texto, que él, ya convencido de que el ángel no había hablado en vano, buscó confirmación, por la contemplación real del evento; cuya confirmación sería útil tanto para él como para la posteridad. Y no debe dudarse que durante toda la noche sufrió una angustia severa con respecto a la seguridad de su sobrino Lot. Si quedó satisfecho con este punto o nota, no lo sabemos; Sin embargo, prefiero inclinarme por la conjetura de que él seguía preocupado por él. Y es posible que, dudando entre la esperanza y el miedo, se adelantó para encontrarse con él, a fin de ver si se entregó o no. Y aunque no ve nada más que el humo, que generalmente permanece después de un gran incendio; Sin embargo, esta señal le es dada por el Señor, como testimonio de la posteridad, de un castigo tan memorable. Dios ciertamente diseña que, en la apariencia misma del lugar, un monumento de su ira debería existir para siempre: pero porque, a través de la disposición del mundo para poner en duda los juicios de Dios, podría creerse fácilmente que tal había sido la naturaleza del lugar desde el principio; o que el cambio había ocurrido accidentalmente; Al Señor le complació exhibir su acto de venganza ante los ojos de Abraham, a fin de poder descargar el oficio de un heraldo a la posteridad.

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