11. Y el asunto fue muy penoso a los ojos de Abraham. Aunque Abraham ya había recibido la certeza, a través de muchos oráculos, de que la descendencia bendita provendría solo de Isaac, bajo la influencia del afecto paternal no podía soportar que se separara a Ismael con el propósito de preservar la herencia únicamente para aquel a quien se le había otorgado divinamente; y así, al mezclar dos razas, intentaba, en la medida de lo posible, confundir la distinción que Dios había establecido. Puede parecer verdaderamente absurdo que el siervo de Dios sea llevado de esta manera por un impulso ciego; pero Dios lo priva de juicio de esta manera, no solo para humillarlo, sino también para testificar a todas las épocas que la dispensación de su gracia depende únicamente de su voluntad. Además, para que el hombre santo pueda sobrellevar con mayor ecuanimidad la partida de su hijo, se le promete un doble consuelo. Primero, Dios le recuerda la promesa hecha acerca de Isaac, como si quisiera decir: es suficiente y más que suficiente que Isaac, en quien permanece íntegra la bendición espiritual, quede. Luego, promete que cuidará de Ismael, aunque exiliado de su hogar paterno; y que surgirá una descendencia de él que constituirá una nación entera. Pero he explicado anteriormente, en el capítulo diecisiete (Génesis 17:1) ¿Cuál es el significado de la expresión 'La descendencia será llamada en Isaac'? Y Pablo, (Romanos 9:8,)   a modo de interpretación, usa la palabra "contado" o "imputado" (436). Y es cierto que, mediante este método, el otro hijo fue excluido de la familia de Abraham, de manera que ya no tendría un nombre entre su posteridad. Porque Dios, al separar a Ismael, muestra que toda la descendencia de Abraham fluiría de una cabeza. También le promete a Ismael que será una nación, pero ajena a la Iglesia; de manera que la condición de los hermanos será diferente en este aspecto: uno es constituido padre de un pueblo espiritual, al otro se le da una descendencia carnal. De ahí que Pablo infiera con razón que no todos los que son descendencia de Abraham son hijos verdaderos y genuinos, sino solo aquellos que nacen del Espíritu. Así como Isaac mismo se convirtió en hijo legítimo mediante una promesa gratuita, la misma gracia de Dios establece una diferencia entre sus descendientes. Pero como ya hemos tratado suficientemente sobre los diversos hijos de Abraham en el capítulo diecisiete, ahora se hace solo una alusión más escueta al tema.

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