30. Y él también amaba a Raquel más que a Lea. No cabe duda de que Moisés pretendía mostrar los pecados de Jacob, para que aprendiéramos a temer y a ajustar todas nuestras acciones a la única norma de la palabra de Dios. Porque si el santo patriarca cayó tan gravemente, ¿quién de nosotros está seguro de no caer de manera similar, a menos que sea guardado por el cuidado protector de Dios? Al mismo tiempo, se muestra lo peligroso que es imitar a los padres mientras descuidamos la ley del Señor. Y sin embargo, los papistas insensatos se complacen tanto en esta imitación que no dudan en observar, como ley, todo lo que encuentran que haya sido practicado por los padres. Además, reconocen como padres a aquellos que son dignos de tales hijos, de modo que cualquier monje desquiciado tiene más valor para ellos que todos los patriarcas. No fue sin culpa por parte de Lea que fue despreciada por su esposo; y el Señor la castigó justamente, porque ella, consciente del engaño de su padre, obtuvo de manera deshonesta la posesión del esposo de su hermana; pero su culpa no sirve de excusa para la lujuria de Jacob.

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