20. Y José compró toda la tierra. Cualquiera podría suponer que es el colmo de la avaricia cruel e inexplicable, que José le quite a los miserables esposos, los mismos campos, por el producto del cual alimentaron el reino. Pero antes he demostrado que, a menos que se condene todo tipo de compra, no hay ninguna razón por la que se deba culpar a José. Si alguien dijera que abusó de su penuria; esto solo bastaría para su excusa, que ninguna artimaña suya, ninguna elusión, ninguna fuerza, ninguna amenaza, habían reducido a los egipcios a esta necesidad. Transaccionó los negocios del rey con igual fidelidad e industria; y cumplió los deberes de su cargo, sin recurrir a edictos violentos. Cuando la hambruna se volvió urgente, era legal exponer el trigo a la venta, así como a los ricos como a los pobres: después no era menos legal comprar el ganado; y ahora, por fin, ¿por qué no debería ser legal adquirir la tierra para el rey a un precio justo? A esto se puede agregar, que él no extorsionó nada, sino que firmó un tratado con ellos, a petición propia. Confieso, de hecho, que no es correcto tomar lo que se pueda ofrecer sin discriminación: porque si la necesidad urgente presiona, entonces el que desee, por todos los medios, escapar de ella, se someterá a condiciones difíciles. Por lo tanto, cuando alguien nos invita, para defraudarlo, no somos excusados ​​por sus necesidades. Pero no defiendo a José, por este único motivo, que los egipcios le ofrecieron voluntariamente sus tierras, como hombres que estaban dispuestos a comprar la vida, a cualquier precio; pero digo, esto también debe considerarse, que actuó con equidad, aunque no les dejó nada. Los términos habrían sido más severos si ellos mismos hubieran sido enviados a la esclavitud perpetua; pero ahora les concede libertad personal, y solo convenios para sus campos, que, tal vez, la mayor parte de la gente había comprado a los pobres. Si hubiera despojado de su ropa a aquellos a quienes estaba alimentando con maíz, esto habría sido matarlos indirecta y lentamente. ¿Qué diferencia hay si obligo a un hombre a morir de hambre o de frío? Pero José socorre tanto a los egipcios, que en el futuro deberían ser libres y poder obtener una subsistencia moderada por su trabajo. Porque aunque tengan que cambiar de domicilio, todos se hacen mayordomos del rey: y José les restaura, no solo las tierras, sino también los implementos que había comprado. De donde parece que había usado la clemencia que pudo, para aliviarlos. Mientras tanto, tenga cuidado con aquellos que están demasiado concentrados en la riqueza para que no utilicen falsamente el ejemplo de José como pretexto: porque es cierto que todos los contratos, que no se forman de acuerdo con la regla de la caridad, son viciosos a la vista de Dios; y que debemos, de acuerdo con esa equidad que nos es dictada internamente por un instinto secreto de la naturaleza, actuar para con los demás, ya que deseamos ser tratados con nosotros mismos.

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