24. Y despertó Noé. Algunos podrían pensar que Noé, aunque tenía una justa causa de enojo, aún se condujo con poca modestia y gravedad; y que debería, al menos, haberse lamentado en silencio por su pecado ante Dios; y también, avergonzado, haber dado prueba de arrepentimiento ante los hombres: pero que ahora, como si no hubiera cometido ninguna falta, fulmina con una severidad excesiva contra su hijo. (297) Sin embargo, Moisés no relata aquí reproches proferidos por Noé, bajo la excitación de la ira y el enojo, sino que lo presenta hablando en el espíritu de profecía. Por lo tanto, no debemos dudar de que el hombre santo estaba verdaderamente humillado (como debería estarlo) bajo el sentido de su falta, y reflexionaba honestamente sobre sus propios méritos; pero ahora, habiendo recibido el perdón, y siendo retirada su condenación, procede como el heraldo del juicio divino. No se duda de que el hombre santo, dotado de una disposición por lo demás gentil y siendo uno de los mejores padres, pronunciaría esta sentencia sobre su hijo con la más amarga tristeza de espíritu. Porque lo vio preservado milagrosamente entre pocos y teniendo un lugar entre la flor misma de la raza humana. Ahora, por lo tanto, cuando, con su propia boca, se ve compelido a separarlo de la Iglesia de Dios, sin duda lamentaría gravemente la maldición de su hijo. Pero mediante este ejemplo, Dios nos amonesta que debemos retener la constancia de nuestra fe, si en algún momento vemos fallar a aquellos que están más estrechamente unidos a nosotros, y que nuestros espíritus no deben quebrantarse; más aún, que debemos ejercer la severidad que Dios ordena, sin siquiera perdonar nuestros propios afectos. Y dado que Noé no pronuncia una sentencia tan dura, excepto por inspiración divina, debemos inferir de la severidad del castigo cuán abominable es a los ojos de Dios el impío desprecio de los padres, ya que pervierte el sagrado orden de la naturaleza y viola la majestad y autoridad de Dios, en la persona de aquellos a quienes ha ordenado que presidan en su lugar.

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