7. Y vosotros, sed fecundos y multiplicaos. Él vuelve a dirigirse a Noé y sus hijos, exhortándolos a la propagación de la descendencia: como si dijera: "Ven que estoy decidido a fomentar y preservar la humanidad, por lo tanto, también vosotros ocuparos de ello". Al mismo tiempo, al encomendarles la preservación de la semilla, les disuade del asesinato y de actos de violencia injustos. Sin embargo, su principal objetivo era aquel al que me referí anteriormente, para animar sus mentes abatidas. Pues en estas palabras se contiene no solo un precepto, sino también una promesa.

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