14. Y mi mano ha encontrado como un nido. Añade que no le costó nada vencer a los reyes y acumular su riqueza; e ilustra esto mediante una comparación. Como si uno buscara un nido y encontrara uno abandonado por las aves, y en consecuencia tomara los huevos sin dificultad; porque si los pájaros padres estaban sentados sobre los huevos, con un deseo instintivo de proteger su nido, volarían hacia el ladrón y lo atacarían con su pico, o con ruidos fuertes y desagradables se esforzarían por alejarlo. Pero este tirano se jacta de que no había nadie que se aventurara tanto a abrir la boca contra él y, por lo tanto, que no tuvo dificultades para poner todos los reinos bajo su dominio. En consecuencia, él reclama todas estas cosas, y las atribuye a su sabiduría, y no reconoce la providencia de Dios. Estas pretensiones jactanciosas que el Profeta ha relacionado a propósito como provenientes de la propia boca del déspota, para demostrar que eran tantos bramidos para encender el juicio de Dios; porque entre los hombres esta soberbia no podía ser soportada, y ¿cómo no podría Dios contenerla?

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