9. El infierno desde abajo se mueve por ti. (217) Como anteriormente había atribuido alegría a los árboles, ahora, por una figura similar, atribuye el discurso a los muertos (218) Los despierta, por así decirlo, de sus tumbas, para burlarse del orgullo de este tirano. Todo el pasaje es irónico y está lleno de agudo sarcasmo. Al acercarse a los reyes, la gente tiembla y sale a su encuentro para recibirlos con pomposa exhibición. El Profeta hace una representación ficticia, que cuando este tirano muera y descienda a la tumba, los muertos saldrán a su encuentro y lo honrarán, pero con el honor que se merece. Como si hubiera dicho: “No solo los vivos, sino también los muertos se regocijarán con su muerte. Los muertos también lo tratarán respetuosamente de acuerdo con sus desiertos.

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