2. Y así será. Con estas palabras se refiere a la mayor desolación, en la que ya no habrá distinción de filas ni aparición de una comunidad; Mientras exista una forma de gobierno tolerablemente regular, se mantiene cierta distinción entre "el pueblo" y "los sacerdotes". Por una figura retórica, en la que una parte se toma por el todo (συνεκδοχικῶς), menciona un departamento en lugar de toda la clase, como se hace con frecuencia en las Escrituras; aunque podríamos tomar כחנים, (kōchănīm,) para referirse a aquellos que tienen un rango alto; porque los escritores hebreos frecuentemente dan este nombre a los príncipes, y especialmente a aquellos que son de sangre real; pero no me resisto a verlo como una instancia de la figura retórica que he mencionado.

Dado que Isaías reconoce esta confusión entre las maldiciones de Dios y declara que, cuando se deja de lado la distinción de los rangos, es una muestra terrible de la venganza de Dios, debemos concluir, por otro lado, cuánto Dios está complacido con un gobierno regular y el buen orden de la sociedad, y también cuán gran privilegio es tenerlo entre nosotros; porque cuando se lo quitan, la vida del hombre difiere poco del sustento del ganado y de las bestias de presa. Por lo tanto, no solo debemos reconocer la terrible venganza de Dios, sino también atribuirla a la culpa de nuestros propios pecados, siempre que rompa el orden y quite la instrucción y los tribunales de justicia; porque cuando estos caen, la civilización misma cae junto con ellos. También debe considerarse que, cuando el Señor ejecuta sus juicios, no escatima rango, ni siquiera el más sagrado. ¿Cuál era esta orden de sacerdotes, que el Señor había adornado tan espléndidamente, y había decidido consagrarse a sí mismo, y de la cual el pueblo también se jactaba como si hubiera sido inmutable y eterno? Sin embargo, incluso el rango del sacerdocio está involucrado en el juicio de Dios, porque no se respeta a las personas, sino que, por el contrario, cuanto más se ha favorecido a ninguno, y cuanto mayor es el rango al que han sido exaltados, más los castigará severamente si se muestran ingratos y abusan de sus beneficios.

Como el sirviente, también su amo; como el comprador, también el vendedor. Esta afirmación tiene el mismo efecto que lo anterior; porque estos rangos son manifiestamente legales, y generalmente no se dejan de lado, a menos que el Señor decida castigar a su pueblo con espantosa venganza, como ya hemos dicho; porque en una sociedad bien ordenada se debe observar la distinción entre amo y sirviente. Del mismo modo, ningún gobierno público puede ser duradero sin las transacciones comerciales; y, por lo tanto, cuando se elimina la distinción entre ricos y pobres, se destruye todo esquema para ganarse la vida entre los hombres. El significado del Profeta es que todo el gobierno civil se romperá, porque en tales calamidades, los que eran los más ricos se reducen a la pobreza más baja. En resumen, describe la desolación más espantosa, a la que seguirá un cambio inesperado.

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