14. He aquí, serán como rastrojo. Con un entusiasmo aún mayor, ataca a los astrólogos que fortalecieron el orgullo de Babilonia con su jactancia vacía; porque los impostores de este tipo suelen quitar todo temor de Dios de los corazones de los hombres, atribuyéndolo todo a las estrellas, para que nada quede en manos de la providencia de Dios. De ahí surge el desprecio de Dios y de todas sus amenazas; porque los castigos no se atribuyen al juicio de Dios, sino a algún destino y relación de cosas que tontamente imaginan. Por esta razón, él se enciende en tal indignación contra los babilonios, y dice que estarán quemando "rastrojo", que se consume rápidamente; porque no los compara con la madera, que es útil para dar calor, sino con "rastrojo", para mostrar que nada es tan ligero o inútil.

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