He aquí, serán como rastrojo. El juicio que se infligirá a los profesores y animadores de las artes vanas antes mencionadas se describe aquí elegante y metafóricamente. El profeta dice que todos los mencionados en el versículo 13, como rastrojo, deben ser incendiados por la ira divina y consumidos de tal manera que no quede nada de ellos que pueda ser útil para cualquier propósito; porque, como de la madera y otros combustibles, cuando se quema, quedan brasas, ante las cuales una persona puede calentarse, y cenizas incandescentes ante las cuales uno puede sentarse, para ahuyentar el frío; estos, por el contrario, deben consumirse como rastrojos, de modo que sean totalmente destruidos, sin dejar nada para ningún uso o servicio. Ver Vitringa.

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