2. Porque desde la ciudad santa se les llama. Continúa el mismo tema, y ​​con diferentes palabras expone su jactancia falsa; porque se jactaban falsamente de que eran ciudadanos de "la ciudad santa", que contaminaron con sus vicios y crímenes. Jerusalén debería haber sido "santa", porque Dios la había consagrado a sí mismo; pero se había postrado ante iniquidades, tan grandes y tan numerosas, que apenas conservaba la santidad. Vemos en Salmo 15:2, lo que los verdaderos ciudadanos de Jerusalén deberían ser; pero debido a que los judíos no estaban avergonzados de burlarse de Dios, lo consideraron lo suficiente como para ser protegido por la sombra del Templo.

Y confía en el Dios de Israel. Cuando dice que "confían en Jehová", no habla de una creencia sincera, sino de una confianza vacía; porque, como los hombres buenos confían en Dios, y confían en él con todo su corazón, los hipócritas hacen falsas pretensiones a su nombre, y están intoxicados por creencias infundadas, y desprecian sin temor todo, e incluso se jactan confiadamente de estas palabras, "Dios ayudará nosotros, él no rechazará a su pueblo; como si Dios quisiera alentar su maldad. En una palabra, al pisotearlo bajo sus pies, declaran en voz alta que confían en sí mismos para su seguridad; pero, para que no piensen que no serán castigados por esta burla, el Profeta les asegura que Dios no pierde nada de su autoridad, cuando los hipócritas lo distorsionan; porque, cuando lo llama Jehová de los ejércitos, agrega esto a modo de amenaza, para que sepan que Dios, bajo cuyo nombre se refugiaron falsamente, era lo suficientemente fuerte como para castigarlos, y al final no les permitiría hacerlo. El tema de la burla.

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