5. Y ahora ven, te mostraré lo que haré en mi viña. Después de haber declarado que los judíos fueron condenados, por así decirlo, por su propia boca, luego agrega que se vengará de su desprecio por su gracia, para que no escapen de ser castigados. La reprensión no habría sido lo suficientemente poderosa como para afectar sus mentes, si él no hubiera amenazado también con el castigo; y por lo tanto ahora declara que la ofensa atroz, de haberse impuesto impíamente sobre él, no escapará a la venganza. Ahora, el castigo que se les infligirá equivale a esto, que serán privados de los dones que habían abusado, cuando Dios no solo los retire de su cuidado, sino que los deje para ser saqueados por sus enemigos. Al mismo tiempo, muestra cuán miserable será su condición, cuando Dios haya dejado de otorgarles sus múltiples favores.

De ahí se deduce que debe haberse debido enteramente a la extraordinaria bondad de Dios, que la viña permaneció segura y sin daños hasta ese momento. Él va tan lejos como para señalar los diversos soportes por los cuales se sostuvo, y los vastos recursos que Dios posee para destruirlo tanto por dentro como por fuera; porque cuando se ha eliminado su protección, deben convertirse en presas de todos los que pasan, ya sean hombres o bestias. "Cuando se haya retirado la cerca", dice él, "el ganado la pisará y la pondrá al descubierto, los ladrones la saquearán y la saquearán, y así se convertirá en un desierto".

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