9. Porque los que lo hayan recogido lo comerán. Esta es una explicación y confirmación de la declaración anterior; porque, después de haber testificado que ya no permitirá que lo que la Iglesia posee se deje al descubierto como presa, agrega que ella disfrutará de sus posesiones. Sin embargo, él muestra que "el maíz y el vino" son justamente llamados nuestros, cuando los hemos obtenido por una industria honesta; porque aquellos que violentamente se apoderan del pan de otros, o lo obtienen por medios ilegales, no lo tienen del Señor, y no pueden atribuirlo a su bendición, como si lo poseyeran legalmente; y a esto corresponde lo que se dice en el Salmo,

"Comerás el trabajo de tus manos, serás feliz y te irá bien". (Salmo 128:2.)

Y alabará a Jehová. Pero cuando promete que los que cultivan la tierra tendrán comida, ¿por qué dice que darán gracias a Dios? ¿Y por qué los hombres alaban a Dios, si por su propio trabajo recogen el maíz y obtienen el vino? Parece ser una acción de gracias fingida, si esas cosas se atribuyen al trabajo y la industria de los hombres; y Dios no merece alabanzas, si los hombres obtienen comida por su propio trabajo. Pero debe observarse que el Profeta, después de haber mostrado cuál es el método legal de buscar comida, al mismo tiempo agrega que nuestro trabajo será infructuoso si el Señor no nos provee de comida; porque todo lo que tenemos le pertenece a Dios, y solo a Él todo lo que obtenemos debe ser atribuido.

Beberé vino en mis santas cortes. Alude al acto solemne de ofrecer sacrificios; porque pueden beber en otros lugares, y cada uno puede comer en su propia vivienda. Pero la alusión es a esa ceremonia que se observó en la consagración, cuando la ley exigía que los primeros frutos fueran una oblación (Levítico 2:12) para que el producto del año pudiera dedicarse a Dios; y en los escritos de Moisés frecuentemente nos encontramos con estas palabras,

"Harás un festín y te alegrarás en presencia de tu Dios". (Deuteronomio 12:18.)

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