Como los israelitas no dicen nada nuevo aquí, pero continúan con el mismo tema, me propongo solo tocar brevemente las palabras, para no ser demasiado tedioso. Dicen entonces que estaban mintiendo en sus miserias; ¿y por qué? porque habían tratado malvadamente con Dios. Vemos que están explicando lo que habían confesado, incluso que el trabajo de sus padres había sido consumido por su vergüenza, es decir, por su maldad; y se atribuyen a sí mismos lo que se pudo haber contado a sus padres, porque sabían que eran herederos de su iniquidad. Nos hemos acostado, dicen ellos, en nuestra vergüenza (97) Aquí confiesan brevemente que eran merecidamente miserables, que no podían acusar a Dios de crueldad, ya que los afligió demasiado severamente. ¿Cómo es eso? porque estaban mintiendo en su propia vergüenza, y su propia desgracia los cubría; como si dijeran que la causa de todos sus males se encontraba en sus pecados, y que no se debía buscar en ningún otro lado.

Debido a que nosotros y nuestros padres, dicen, lo hemos hecho malvadamente. Con estas palabras, ellos intimaban que habían actuado así, no solo por un día, sino que habían sido tan perversos, que desde la temprana edad habían absorbido la iniquidad de sus padres, y así añadió males a males. Habían dicho antes que el trabajo de sus padres se había consumido desde su infancia, lo que significaba la continuación de su castigo; porque Dios no los había castigado ni por un día, sino que a menudo había repetido sus flagelos, pero sin ningún beneficio. Ahora agregan: “Como desde nuestra infancia hemos tratado malvadamente hacia nuestro Dios, también él nos ha advertido desde nuestra infancia que regresemos a él; y ha sido nuestra culpa que no hayamos regresado, porque él nos llamó; pero como éramos obstinados, también Dios nos ha ejecutado justamente su venganza ".

Luego dicen, incluso hasta el día de hoy; mediante el cual confirman lo que ya he dicho, que habían sido tan perversos que no cesaron en sus vicios. Al mismo tiempo, señala la fuente de toda su maldad: no escucharon la voz de Jehová. Si se hubiesen extraviado, y si Dios hubiera guardado silencio, su culpa podría haberse atenuado; pero como Dios les había enviado profetas todos los días, quienes nunca dejaban de llorar al oírlos, y aun así continuaban sordos, su perversidad en sus cursos pecaminosos era inexcusable. Entonces vemos que su pecado fue aumentado por la circunstancia, que se negaron a escuchar la voz de Dios; como si hubiera dicho que Dios había hecho su parte al llamarlos de vuelta del camino de la ruina, pero que habían sido tan obstinados como para ignorar su favor, y que así sufrieron justamente, no solo por su impiedad, sino también por su ingratitud y perversa maldad.

(lang. cy) Gorweddwn yn ein cywilydd, A gorchuddia ni ein gwarth.

Pero en inglés se debe usar el presente, ya que es la confesión del penitente al regresar a Dios:

Nos mentimos en nuestra vergüenza, y nos cubre nuestra desgracia, porque contra Jehová nuestro Dios hemos pecado, nosotros y nuestros padres, desde nuestra infancia hasta el día de hoy; Y no hemos escuchado la voz de Jehová nuestro Dios.

- Ed.

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