Él explica más claramente el último verso; porque menciona los efectos del favor mencionado. Dios realmente incluye todo en una palabra, cuando declara que será nuestro Dios, porque así nos adopta como sus hijos. De ahí viene la certeza en cuanto a nuestra herencia celestial, y también en cuanto a su misericordia, que es mejor que la vida. Entonces no hay nada que pueda desear más allá de este beneficio, es decir, cuando Dios se ofrece a nosotros y se digna a recibirnos y abrazarnos como su pueblo.

Pero como ya he dicho, no comprendemos completamente el beneficio de esta doctrina; porque, primero, somos muy tardíos y aburridos, no percibimos lo que Dios quiere decir con esta expresión, y luego sabemos cuánto nuestra naturaleza es propensa a la timidez, hasta ahora es la distancia entre nosotros y Dios. Por lo tanto, esta doctrina necesita una explicación. Por lo tanto, el Profeta, después de haber señalado la causa y el comienzo de todas las bendiciones, ahora menciona los efectos, que confirman más completamente lo que había dicho. Por eso dice: les daré un corazón y una forma, para que me teman para siempre: porque Dios no nos posee como su pueblo, ni puede ser nuestro Padre, excepto que nos regenera por su Espíritu; porque es de regeneración de lo que habla el Profeta aquí. Pero debo aplazar el resto hasta mañana.

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