El Profeta relata en este capítulo una historia digna de ser recordada y muy útil para nosotros; porque él dice que escribió por orden de Dios lo que había enseñado anteriormente en el Templo, y también que envió ese resumen de Baruch para ser recitado en el Templo, que el informe de esta propagación, y que los consejeros del rey los llamaron Baruch, y que cuando escucharon lo que estaba escrito en el volumen, le avisaron al rey, sin embargo, primero advirtieron a Baruch que se ocultara, junto con Jeremías, para que el rey no se exasperara contra ellos. Y así sucedió, para el rey, que al instante se llenó de indignación, ordenó que se tomaran a Jeremías y a Baruch para que los mataran; pero estaban escondidos y protegidos a través del favor de Dios. Más adelante veremos lo que el rey por su obstinación había efectuado, incluso para hacer que el Profeta hable más audazmente contra él.

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